Dormir mejor es muy sencillo, simplemente tienes que educar a tu cuerpo a ciertos horarios hasta que se le haga un hábito y automáticamente empieces a saber cuándo es hora de dormir.

Si eres de los que quiere tener un descanso garantizado, una de las opciones que te ayudan a conciliar el sueño es la meditación.

La meditación te ayuda a manejar las emociones negativas para vivir más feliz.

Primero entendamos qué es meditar, de acuerdo con la RAE, meditar es pensar atenta y detenidamente sobre algo.

Otros autores dicen que la meditación son aquellas acciones que inducen a la mente a un nivel de concentración alto para promover la relajación.

Beneficios de la meditación

La meditación es una práctica que te ayuda a conocerte y estabilizar la mente, el corazón y el espíritu.

Los beneficios que brinda el realizar una meditación diaria son:

  • Aumenta la energía
  • Aporta felicidad, paz y armonía
  • Favorece la concentración
  • Estabiliza la presión arterial
  • Mejora la memoria
  • Retrasa el envejecimiento
  • Reduce el estrés y la ansiedad
  • Calma el insomnio

La noche y el sueño son el reflejo del sentir de tu mente a lo largo del día. Cuando meditas tu cuerpo permanece en un estado relajado, lo cual te ayuda conciliar el sueño y mantener una conciencia, dando como resultado un buen descanso para estar lleno de energía al despertar.

 

Practica estos ejercicios

Existen diferentes plataformas y videos en internet que te pueden guiar durante una meditación, pero si eres de los que prefiere ser autodidacta, aquí te dejamos unos consejos básicos para empezar a adentrarte en el camino de esta práctica.

Antes de iniciar tu meditación, realiza todas las actividades que haces antes de dormir, lávate la cara, cepíllate los dientes, pon en silencio tus dispositivos y acomoda todo como si ya te fueras a acostar.

La meditación la puedes realizar en un espacio cómodo y libre de distracciones, tú decides si quieres realizar tu meditación sentado, acostado o en posición de flor de loto, ¡acomódate como quieras!

En función al objetivo que queremos llegar, te recomendamos meditar acostado en tu cama para que de esta manera al alcanzar la relajación suprema sólo te dejes llevar y no tengas que interrumpir la meditación para desplazarte a tu colchón.

Ejercicio 1: La respiración

Esta es una de las técnicas más sencillas. Coloca tu mano a la altura de tu ombligo y comienza a inhalar por la nariz, presta atención a como el aire se desplaza hacia tu abdomen y este se infla.

Imagina el trayecto que recorre el aire para entrar a tu cuerpo.

Ejercicio 2: Conciencia del cuerpo

Concéntrate en tu respiración, realiza 3 respiraciones en las que inhales en 4 segundos, retengas el aire en 5 tiempos y lo saques en 4 segundos.

Inicia respiraciones lentas y constantes mientras comienzas a recorrer con tu mente todo tu cuerpo, desde los pies hasta la cabeza, imagina cómo es su interior y forma.

Según la parte del cuerpo que estés analizando mentalmente, sentirás físicamente un pequeño hormigueo o calor, incluso puedes llegar a sentir tu cuerpo pesado. Esto significa que estás haciéndolo bien, la pesadez es un síntoma de la relajación.

Ejercicio 3: Evocar tu día

Cierra los ojos e imagínate una pantalla grande en la que se proyecta todo lo que viviste en el día. Enfócate en revivir los momentos divertidos y felices, si te encuentras con una complicación piensa en diferentes alternativas para solucionar tu problema.

Medita diario antes de acostarte, verás que cuando vayas a la mitad de los ejercicios comenzarás a relajarte para conciliar el sueño y dormir mejor.

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