En ocasiones, la rutina diaria puede ser agobiante, sobre todo cuando se está encerrado(a), como ocurre hoy en día.

La carga de trabajo, falta de movilidad y variedad, así como situaciones personales, pueden ser detonadores de estrés y ansiedad.

Esto puede afectar gravemente tu salud física, mental y espiritual, llevándote a experimentar cambios en tu estado de ánimo e inclusive en tus hábitos de sueño.

Los encierros prolongados, envueltos en una rutina constante, han modificado los hábitos de sueño de todas las personas en el mundo, generando estados de insomnio prolongados que desgastan a las personas.

Cuando no se duerme bien, varios órganos y sistemas de nuestro cuerpo la pasan muy mal, desencadenando una ola de malestares que nos hacen ver la vida más gris y no percibir los otros matices de colores que puede tener.

Date la oportunidad de tomar un respiro

Es importante que en algún momento pongas una pausa a todo esto, te permitas descansar y despejar tu mente, para que al llegar la noche puedas disfrutar de un buen descanso, que te permita retomar tus actividades al día siguiente con mayor energía.

A lo largo de este año, se dieron fuerza y se incentivaron nuevas actividades y  recomendaciones, para mejorar el descanso y minimizar los efectos negativos de la falta de sueño.

De acuerdo a esto, te presentamos algunas de estas recomendaciones que podrías intentar para descansar mejor.

Que tu habitación sea un santuario del buen dormir

 

Esta es la primera y tal vez más importante recomendación. El trabajo desde casa ha invadido la vida privada y se ha entrometido en espacios como las recámaras.

Nuestra sugerencia es que mantengas separado en habitaciones distintas tu área de trabajo y tu recámara.

Al crear esta división, se genera una división física y mental saludable, que te permitirá sentir tranquilidad al entrar a tu habitación, cuando vayas a descansar.

Crea una atmósfera con la que te sientas cómoda o cómodo en tu habitación, a través de la decoración, el uso de un buen colchón y almohada, así como distribución de la luz.

Evita el uso de aparatos electrónicos antes de dormir

 

Ocurre que, cuando estamos recostados en la cama listos para ir a dormir, pero estamos viendo el celular o la computadora, el cerebro entra en un estado de alerta.

Cuando apagamos o dejamos de usar estos dispositivos y queremos dormir, el cerebro no puede dejar de estar alerta, provocando el bien conocido insomnio o una larga lucha por intentar dormir.

En la medida de lo posible, abstente de usar estos dispositivos antes de dormir, deja de usarlos mínimo una hora antes de irte a la cama, para así darle tiempo a tu cerebro de entrar en un estado de calma y prepararse para descansar.

Diseña un horario para dormir y procura apegarte a el

 

Un joven y adulto deben dormir en promedio entre 7 a 8 horas diarias seguidas, para realmente descansar y recargar baterías para el día siguiente.

Al establecer un horario para ir a la cama y dormir, se crea un hábito que acostumbra al cuerpo y el cerebro, para prepararse y descansar.

Los expertos recomiendan un horario entre las 22:00 y 23:00 h, para irse a dormir y levantarse entre las 6:00 y 7:30 h, del día siguiente.

Crear este hábito ayuda a aprovechar mejor las horas de luz y hacer mejor las actividades del día (sobre todo en época invernal) y llegando la tarde bajar el ritmo, para que el cuerpo se relaje y en la noche pueda dormir mejor.

Procura darle un giro siempre a la rutina

 

No porque se diseñen horarios y espacios, significa que la espontaneidad y los cambios no estén permitidos, por el contrario, estos pueden ayudar a hacer las rutinas más interesantes.

No todo puede ser siempre trabajo y tampoco diversión, los extremos de cualquier lado, pueden llegar a ser igual de dañinos.

Por eso, procura mantener el equilibrio. Si bien, hay actividades que no podemos hacer por el contexto actual, hay otras que sí. Siguiendo las medidas de protección, se puede hacer lo siguiente:

  • Salir a dar un paseo a un parque cercano, con o sin mascota.
  • Realizar caminatas a bosques o montañas (cercanos a tu área de residencia).
  • Correr y/o andar en bicicleta 2 o 3 veces a la semana.

También hay otras actividades, que puedes intentar como:

  • Practicar deporte dentro de casa, gastas energía y eso te ayuda a dormir mejor.
  • Probar hobbies diferentes como cocinar postres, practicar algún tipo de danza o baile, jardinería, pintura, fotografía, el limite lo pones tú.
  • Crea una tarde de karoke y disfrútala con las personas que vivas.
  • Planifica mini proyectos de remodelación en tu hogar.

¿Qué otras actividades se te ocurren? Compártenos tus ideas en los comentarios.